Sobre él cruzamos el río Lagares para continuar por una senda que, a pesar de discurrir cerca de algunos edificios, debido a que estamos en el centro de la ciudad, non perdió su carácter rural
Muy cerquita de nuestro alojamiento se encuentra la parroquia de San Pedro de Sárdoma. Allí se esconde un puente medieval que bien puede ser el inicio de un agradable paseo matinal. Se trata de una construcción, en uso desde el siglo XII, formada por dos arcos de medio punto y que cuenta, en el medio de ellos, con un tajamar triangular que ayuda a repartir la fuerza de la corriente de agua.
Sobre él cruzamos el río Lagares para continuar por una senda que, a pesar de discurrir cerca de algunos edificios, debido a que estamos en el centro de la ciudad, non perdió su carácter rural. Después de caminar algo más de 2 kilómetros llegaremos al parque de Castrelos, el más grande de toda la ciudad y lugar ideal para practicar deporte o pasar el día con los más pequeños en el parque infantil.
Aquí situamos el punto final de este paseo, no sin antes recomendaros la visita al Pazo de Castrelos que, situado en la parte alta del parque, alberga el Museo Municipal de Vigo. Recibe también el nombre de Museo Quiñones de León porque fue precisamente D. Fernando Quiñones de León, marqués de Alcedo, quien lo donó a la ciudad en 1924 y dispuso que se dedicase a museo.
Junto al edificio, formando un conjunto indisociable, se disponen los jardines, donde podremos gozar de gran cantidad de especies de plantas exóticas y ornamentales, algunas de ellas centenarias, y de varios ejemplares de árboles incluidos en el Catálogo de Árbores Singulares de Galicia.


